“Al que ama mi alma”, el amor de mi vida, o aquel al que amó mi alma hay muchas interpretaciones con repecto a esta expresión, he oído sobre las alegorías de este amor de Cristo y si iglesia o de su pueblo (que es aplicable y muy bien presentado), pero si obervamos objetivamente el texto es la sunamita quién habla de buscar al amado de su vida, no hay duda que es una busqueda de la sunamita con respecto a aquel al que su alma ama, al punto de buscarlo y no encontarlo, hasta que lo encuentra lo asió y no lo dejó. Es aquí donde quiero detenerme en algunos aspectos de nuestra vida : En primer lugar haciendo uso de la alegoría también, lo vemos cuando hablamos de haber encontrado el verdadero amor que solamente se tiene en Jesucristo es muy dificil y hasta casi imposible que lo dejemos que los abandonemos o en ningún momento se cruza en nuestra mente el volver a tras , como lo dice muy bien la escritura: (Heb. 10:26): “después de haber recibido el conocimiento de la verdad”, así es de claro, encontramos el sentido correcto de nuestra vida, después de estar muerto, en oscuridad, en engaño, vino el conocimiento de la verdad, por ello es necesario hacer memoria de los días pasados (Heb.10:32), en los cuales después de haber sido iluminados (Lit. significa: aclarar, iluminar, alumbrar, traer a la luz, aclara lo oculto, sacar a la luz la obras encubiertas), cuando vemos nuestro pasado, observamos nuestro presente y miramos de lejos nuestro futuro, ¿Cómo no vamos a estar agradecidos con él por todo lo que ha hecho con nosotros y por todo lo que hará?, lo menos que podemos hacer es corresponderle a aquel que nos amó, que dio su vida por usted y por mí, aquel que de manera plena entregó todo por darnos vida, por mostrarnos el verdadero camino, por aquel que nos trajo luz, a aquel que nos amó, que nos lavó y nos limpió de nuestros pecados con su sangre (Apo. 1:5), ¿Cuánto ha hecho el Señor por nosotros? ¿Por qué lo hizo?: Por amor (Juan 3:16), la mayor expresión de amor la encontramos en el Señor Jesucristo, así que los que hemos saboreado las mieles de ese amor nos recuerda y exhorta la escritura (Heb.10:39): “No somos de los retroceden” es imposible, en sus preciosas manos estamos seguros, es él el que nos sostiene, así que tomémonos fuertemente de él, que nunca, nunca podamos volver a atrás, que no podamos defraudar a aquel que ama nuestra alma y que nosotros en calidad de vida santa, íntegra, pura, recta, viviendo vidas de renuncia al mundo y entrega a él correspondamos a aquel que amó nuestra alma. Sin olvidar que fue el que nos buscó, nos encontró primero, fue él y no nostros el que nos amó primero (1ª. Jn. 4:10). En segundo lugar y tomando literalmente la expresión habla del amor que la sunamita encontró en su amado (cónyuge), dice el pasaje que lo buscó hasta que lo encontró, lo asió y no le dejó: “Esta es una tremenda expresión de unidad o adheración (estar pegado), de ahí el punto de reflexión: Casados nuestros cónyuges son las personas que Dios puso en nuestro camino para toda la vida, él en su infinito amor nos permitió unirnos y unirnos en uno solo (matrimonio), por ello a pesar del tiempo de las vicisitudes que pudiesen venir o estar pasando en él, en ningún momento lo dejé o quiera separarse, no, no es la voluntad de Dios, el principio de Mat. 19:6 es fuerte en este sentido, , “Así que ya no son más dos, sino una sola carne, por tanto lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”, cuando existe el amor verdadero, el amor incondicional este sobre pasará cualquier obstáculo, prueba o dificultad que se esté pasando por el matrimonio. Es esa clase de amor que menciona 1ª. Cor. 13: donde me hace ver que el amor que debe de existir en una pareja debe de ser (v.4-7): paciente, amable, que no es envidioso, no es orgullo, no piensa o se enfoca solamente en él o ella, sino más bien en el otro, no se cree más que el otro, No es grosero ni egoísta. No se enoja por cualquier cosa. No se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho. No aplaude a los malvados, sino a los que hablan con la verdad. El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo. ¿Cómo se logra todo esto? Por amor, es el amor del que nos habla la Biblia, es ese amor que debe de resaltar en una pareja, cuando se ha encontrado ese amor difícilmente se perderá, se dejará o abandonará, no en ningún momento o circunstancia. Demos gracias a Dios por aquel o aquella que nos ha mostrado su amor hasta este momento y que incondicionalmente está con nosotros hasta el día de hoy, él o ella son el amor de nuestras vidas.