02 May
Consumidor y Consumista no son lo mismo.

“El consumo es un acto natural y necesario. El consumismo es un acto artificial que genera problemas que después no puede solucionar. Los sistemas de vida acomodados en diferentes modelos existenciales han sido generados sobre una plataforma que pone las cosas materiales por delante de las verdaderas realizaciones humanas”. Y esto es lo que la palabra nos pone en perspectiva esta mañana (5:11) Cuando aumentan los bienes, también aumentan los que los consumen”: El punto es entre más se tienen más se gasta y más y más, el hombre nunca se llegará a saciarse siempre querrá más, el problema estriba cuando no se tiene muchos recursos y se quiere seguir teniendo un estilo de vida que no va con las posibilidades que se tiene en ese momento. Me doy cuenta que estamos en un mundo o un sistema consumista especialmente en nuestras economías latinoamericanas para las grandes mayorías, donde los recursos son limitados y se quiere tener un estilo de vida alto o no acorde a nuestras realidad. Escuche en una ocasión a un predicador mencionarlo de esta manera: “La mentalidad del latinoamericano es: gastar de lo que no tiene, comprar de lo que no necesita para lucirlo a quién menos le interesa”. Me temo que mucho de verdad existe en esta máxima, en algunas ocasiones nos prestamos a comprar sin medir nuestros recursos, quedando en muchas ocasiones endeudados con empresas y más aún con bancos con las tarjetas de créditos (seamos sabios y entendidos para poder usarlas). En muchas ocasiones somos presas del bombardeo publicitario y caemos en sus garras como adquiriendo cosas de una manera alocadas y desenfrenada. Recuerdo hace algunos años atrás cuando salieron al mercado los televisores plasmas siempre que salíamos algún centro comercial los pasaba viendo y le decía a mi esposa que compráramos uno, pero ella muy sabiamente me decía ¿Para qué?, si en casa tienes tres televisores (son lo que teníamos en ese momento), sí había tres televisores pero yo quería uno más para la “colección”, lo que resalta al preguntarnos es ¿lo necesitábamos?, la respuesta es obvia ¡NO!, pero el consumismo me decía ¡Sí!, ya que el ver los cajones de los viejos televisores y ver lo novedoso me haría  tener un status mejor , esto es lo que hace que pensemos en nuestra mente el consumismo. Lo que quiero ejemplificar es que todos sin excepción caemos en ese estado, por ello debemos de ser muy reflexivos en lo que llega a nuestra bolsa y debemos de tener muy en claro cuáles son nuestras prioridades y gastos en casa. No es que no vamos a darnos “algunos gustitos” pero de eso a hacer de ello un estilo de vida que después no podemos sostener y nos va a traer más que gustos que problemas o afanes y desvelos, es mejor reflexionar hacia dónde va nuestras vida y hacía donde llevamos a los nuestros, en este sentido creo que debemos de hacer los ajustes convenientes  en nuestras vidas. Hay otro elemento en este mismo pasaje que resalta y está en el verso (10) y es el amor al dinero, el problema no está en el dinero, este es necesario para nuestra subsistencia, el problema está en caer en la avaricia, que él se convierta en el fin de todo, y esto es otra cosa, muy bien lo describe la Palabra del Señor en (1ª. Tim. 6:10): “porque raíz de todos los males es el amor al dinero”: llevando el mismo hilo de pensamiento hay personas que trabajan y trabajan (v.12) por tener y  llevar un estilo de vida y esto a la perspectiva del escritor es también vanidad, como se expuso se cae en el afán, la ambición que ni si quiera se llega a disfrutar de lo que se tiene, como lo dice el verso (12) que el rico de tanto que tiene la abundancia no le deja ni dormir, entre tanto el trabajador con lo poco o lo necesario que le llega tiene un dulce sueño. Termino con esta reflexión del libro de Proverbios (30:8): “vanidad y palabra mentirosa aparta de mí, no me des pobreza ni riqueza, mantenme del pan necesario”. Esto es lo que debe de existir en nuestra vida, que con lo que Dios nos pone y hace llegar a nuestras manos estemos contentos, que lo sepamos disfrutar, gozar, al final todo es una bendición de Dios.





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