23 Jul
Cuerda, plomada y semilla

Son las tres figuras usadas por Dios en este capítulo para hacerle ver al pueblo como era su proceder y de cómo él actuaría para con ellos. La primeras dos  estan  en el verso 17 y se refiere a un “cordel”, cordel o cuerda con que se ha de medir la justicia, dicho de otra manera ellos serían evaluados en su manera de proceder y por el contexto del capítulo la evaluación no había sido satisfactoria. Es bueno considerar este elemento aun para nuestras vidas el día de hoy, ya que muy a menudo si es que no a diario nosotros también somos puestos a prueba en “pequeños exámenes” , exámenes que nos han de reflejar cómo está nuestra vida, cómo está nuestro testimonio ante Dios y ante los de más, son esas pequeñas cuerdas que nos ayudan a considerarnos a nosotros mismos y pregúntarnos cómo realmente está nuestro testimonio y cuan rectamente, íntegramente caminamos en nuestro diario vivir y habalmos de lo basico de los normal del día a día, recuerde son esas pequeñas pruebas tales como las relaciones interpersonales , relaciones laborales, relaciones familiares, relaciones con la comunidad de fe a la que pertenecemos, mentirillas por aquí y por allá, comentarios fuera de lugar, exponiendonos y escuchando cosas que no convienen,  pensamienos inadecuados, descuidos, enojos, iras, malicias, etc. “pequeñas cosas” que si nos ponemos serios son como lo dice Cantares esas pequeñas zorras que nos echan a perder las viñas (Cnt. 2:15). La segunda figura que utiliza es la de una plomada, esta se utiliza en el caso de ver cuan rectamente se encuntra una pared, es decir se traza una linea recta y se evalúa cuan lienal está, es así cómo Dios también está evaluando a su pueblo, viendo cúan recta está su vida, si esta está torcida o desvalanceada, ya que si está desvalanceada es muy propenza a caer y causar daño. Si Dios pusiese plomada a nuestra vida el día de hoy ¿Qué es lo que vería o cuán recta está nuestra vida el día de hoy?. La tercera figura que se utiliza en este pasaje es el de un agricultor que siembra diferentes granos, en la descripción del pasaje el profeta hace ver como debe de hacerse para preparar el terreno y de como debe de ser el proceso de siembra y de desgrano, dependiendo del grano así será el proceso, algunos son más fuertes que otros. De ahí la lección de Dios para el pueblo de Israel, Dios trataría con ellos de diversas maneras en diferentes épocas y con diferentes procesos o situaciones, no con el fin de destruirlos o consumirlos totalmente, si no más bien que estos procesos sirvieran como un llamado de atención para que ellos aprendieran su lección y se volvieran a él. A simple vista pareciera que Dios no tiene nada de amor para con ellos, y que él actúa cómo un Dios déspota o tirano, pero es todo lo contrario, él les ha hecho ver su amor, su bondad y su misericordia, así como lo hace con nosotros en nuestra vida, la Biblia dice que él nos nos ha pagado conforme a nuestros hechos, desobediencias o pecados (Sal. 103:10) no, no nos ha retribuido conforme a nuestros actos, sino todo lo contrario él nos ha mostrado y ha engrandecido su misericordia (Sal. 103:11). Justamente él ha actuado y lo que en muchos casos vivimos o padecemos es el resultado de nuestra propia desobediencia y esto es el resultado de nuestro pecado. Alguien lo dijo así: “Todos los que pecan esperen sufir”, es claro el pecdo traerá sifrimiento, dolor, vergüenza, muerte y muerte espiritual, por ende separación de Dios, enesmistad con Dios. Para no estar en calamidad total y si la estuviésemos e ahí donde Dios interviene en nuestras vidas, actuando de diferentes formas (la figura del agricultor y las semillas) y procesos, esto dependerá de lo que estará sembrando (las personas) y de cómo ha de obtener lo mejor del grano (el proceso que hará con las personas) esto dependerá de un trato personal con cada quién y de la respuesta de cada uno. De una cosa estamos seguros , él siempre actúa con bondad, amor y misericordia, él siempre se compadecerá de su pueblo ya que se acuerda de nuestra condición y de que somos polvo (Sal. 103:13-14). Jeremías lo dijo muy bien y lo expresó en una de sus lamentaciones (Lam. 3:19-42,BLS): “Acuérdate de mí aflicción y de mi abatimiento, del ajenjo y de la hiel; Lo tendré aún en memoria, porque mi alma está abatida dentro de mí;  Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré. Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.   Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré. Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca.  Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová.  Bueno le es al hombre llevar el yugo desde su juventud. Que se siente solo y calle, porque es Dios quien se lo impuso; Ponga su boca en el polvo, por si aún hay esperanza;  Dé la mejilla al que le hiere, y sea colmado de afrentas.  Porque el Señor no desecha para siempre;  Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias; Porque no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres.  Desmenuzar bajo los pies a todos los encarcelados de la tierra, Torcer el derecho del hombre delante de la presencia del Altísimo, Trastornar al hombre en su causa, el Señor no lo aprueba. ¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mandó?  ¿De la boca del Altísimo no sale lo malo y lo bueno?  ¿Por qué se lamenta el hombre viviente? Laméntese el hombre en su pecado.  Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová; Levantemos nuestros corazones y manos a Dios en los cielos;  Nosotros nos hemos rebelado, y fuimos desleales; tú no perdonaste”.


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