No hay duda alguna, esto es una gran verdad, muchas de las cosas de nuestras vidas por no decir quizá que no hay ninguna, no podemos hacer nada solos, siempre necesitaremos de alguien a nuestro lado, para animarnos, para consolarnos, para exhortarnos, para hacernos ver cuando las cosas no están bien o cuando necesitamos mejorarlas, nadie pueda andar por la vida como llaneros solitarios, nadie, absolutamente nadie ha sido creado para vivir solos, es más en el libro de Génesis vemos como Dios al ver a su creación a Adán estas fueron sus palabras (2:22): “mas para Adán no se halló ayuda idónea para él”, estaba solo aunque rodeado de animales, de vegetación, de todo lo que materialmente él necesitaba pero estaba solo, le faltaba su complemento (idóneo: complemento o “la otra mitad, esto significa), y es así, el ser humano no puede estar solo ha sido creado para convivir con otros, para compartir con más que solamente él, por ello la reflexión del escritor: (v.9): “Es mejor dos que unos”, claro que sí, ya que con dos su puede hacer más, se puede lograr más, entre los dos son más fuertes, el verso agrega reciben mejor paga de su trabajo, en otras palabras hay mejor retribución al hacer el trabajo juntos, solo no, entre dos somos más productivos, es tan importante esto que no podemos obviarlo, por otro lado el verso (10) agrega: “si uno cayere el otro le levantará”, que hermosa verdad, no hay duda que debemos de dar gracias a Dios por aquellos que están al lado nuestro que nos sostienen, que nos dan de sus palabras y más para fortalecer nuestras vidas (por esos amigos, hermanos, familia) que “sostienen la cuerda de nuestras vidas”, gracias a todos ellos, que en muchas ocasiones donde ya no han existido fuerzas por las vicisitudes de la vida en algún momento hemos desfallecido, ellos han estado allí. Y no solo eso (v.11) hemos recibido de ellos su calor, ese cariño y afecto que es tan importante para todos nosotros, pero también este verso se refiere especialmente a nuestras esposas que incondicionalmente han estado con nosotros en las buenas y no tan buenas, pero han estado allí, gracias a Dios por sus vidas, lo que somos en primer lugar se lo debemos a Dios pero mucho también a ellas y lo que hemos logrado estoy seguro que sin ellas no lo pudiésemos haber hecho mejor. El verso (12) agrega un máxima: “Cordón de tres dobleces no se rompe pronto”, es aquí donde entran los hijos ya no son solo dos hoy hay uno más ( o más que uno)y esto fortalece aún más las vidas de las personas, y no hay duda alguna que así como nuestras esposas son una bendición, lo son también nuestros hijos, ellos han venido a ser el complemento de lo que usted y yo como hombres necesitábamos y demos gracias al Todo Poderoso por la herencia que nos ha dado a través de la vida de nuestros hijos. En otras palabras no hemos sido creados para vivir de una manera solos hemos sido formados, puestos y plantados para vivir en comunidad, en familia y esto incluye también la familia de Dios y una vez más démosle gracias al creador por habernos puesto en la familia a la que ahora pertenecemos (iglesia local) por los hermanos con los que convivios semanalmente o diariamente, son de mucha bendición, aunque también existan diferencias, conflictos, formas diferentes de ver y hacer las cosas pero que estas cosas no nos dividan , porque no hay duda que cuando sabemos llevar y manejar cada situación de la mejor manera Dios se glorificará en nuestras vidas. Debemos de hacer de nuestro trabajo un trabajo juntos, un trabajo de equipo y no de una sola golondrina, cuando lo hagamos la sinergia de este trabajo será por supuesto más efectiva. Por último recuerdo las palabras de un predicador Costarricense que decía en sus sermones: “Dios y yo hacemos mayoría”, esto me encanta pues me hace ver que definitivamente no puedo hacer las cosas solo en mi vida, necesito la ayuda de Dios siempre, necesito la intervención de Dios siempre, y subrayo siempre, cerca de Dios, caminando juntamente con él, estando bajo su cobertura, obedeciendo sus preceptos, las cosas siempre serán diferentes, esto no indica que no vendrán problemas enfermedades, situaciones que nos desequilibran o desestabilizan, pero recuerde : “Si Dios está con usted, que y quién contra usted”, Usted y Dios siempre serán mayoría, amén.