En muchas ocasiones las situaciones que pasamos en nuestra vida las vemos como circunstancias que nunca hubiésemos querido pasar, ni mucho menos recordar ya que fueron muy duras al punto que muchas de ellas marcaron nuestras vida para siempre. Pero ese es el punto medular al que quiero referirme, que si marcaron nuestras vidas esperaría que hubiese sido que para bien. Pero espere un momento antes de emitir juicio. Yo se como lo he dicho muchas de ellas fueron tan pero tan difíciles que en muchas ocasiones nos tocó llorar, callar, nos vimos desmayar y hasta creer que nos saldríamos de ellas.
Pero al volver y mirar hacia atrás, ¿no será que habrá sido parte del perfeccionamiento y del equipamiento de Dios para nuestras vidas? ¿No será que Dios ocupo todas esas dificultades o circunstancias para que aprendiésemos mejor de como caminar por la vida y como ser mejores personas el día de hoy? Y no trato de ser masoquista ni pretendo serlo, pero aún en mi propia vida que he pasado situaciones como todo ser humano difíciles donde en muchas de ellas tienen que ver con pérdida de un ser querido o con situaciones laborales, familiares, con hijos, etc. Cualquiera que sea, hemos de reflexionar y ver las cosas con una óptica diferente, no solamente con una actitud contemplativa, de disimulo o de indiferencia, sino más bien con una actitud de ver las cosas que pasan y marcan las vidas como procesos. Procesos esenciales donde sin duda alguna hemos de aprender a caminar , no solos, o como desamparados o llaneros solitarios creyendo, y yendo por la vida que todo lo podemos o que somos lo suficientemente capaces o inteligentes para no necesitar de la ayuda de alguien mucho menos de Dios; sino más bien puesta la mirada en Dios, sabiendo que en esos momentos solamente con su ayuda y sostén, y con sus fuerzas podremos o hemos salido adelante.
Le llamamos procesos porque es en esos momentos de nuestra vida, momentos duros y difíciles que como bien le dijera el Señor al profeta Jeremías que le hiciera ver al pueblo, que él (Dios) estaba trabajando en ellos, con ellos y por ellos. Trabajando cual barro en las manos del alfarero. Es cierto ellos eran un pueblo como en otras ocasiones lo dijera el mismo Dios, duros de cerviz y serían castigados por su mal proceder, pero con eso y todo, él estaba trabajando en sus vidas.
Él estaba trabajando EN ellos: en otras palabras, Dios ocuparía todas aquellas cosas que abonan para cumplir sus propósitos en la vida de sus hijos, Así lo hace hoy también con nosotros, el permite y ocupa todas aquellas cosas que son difíciles o duras en nosotros con un solo objetivo: formarnos y perfeccionarnos (Rom. 8:28)
El estaba trabajando CON ellos: era la acción directa de Dios a través de las circunstancias en sus vidas. El lo permitió o lo permite y esto para que aprendamos a reconocer nuestras limitaciones y nuestra dependencia de él (Deut. 8:2).
Él estaba trabajando POR ellos, en el proceso que Dios permite en nuestras vidas es para que al ser moldeados a su forma y a su parecer en medio de las circunstancias adversas usted y yo saquemos lo mejor de nosotros. Si, lo mejor de nosotros en ese proceso. Hay un Libro titulado “El hombre en busca de sentido de Victor Frank”, este escritor psicólogo y Judío en el tiempo de la segunda guerra mundial, viviendo el Holocausto Nasi de primera mano en su libro cuenta como el se propuso tres cosas en los campos de concentración: Primero: Aprender algo, si en las peores circunstancias él aprendería algo de lo que estaba viviendo. Segundo: Sobre vivir, no darse por muerto o por vencido, sino seguir viviendo. Tercero: Tener una visión clara acerca de lo que quería hacer al salir de ese lugar. Y así lo hizo, y si él lo hizo claro que nosotros con la ayuda de nuestro Dios podremos salir avante también (Sal. 20, 27).
Pues esto es lo que estamos describiendo, es hacerlo solamente con la ayuda de Dios. Es así como hemos de ver esas situaciones o circunstancia adversas en nuestras vidas como procesos donde Dios está trabajando en, con y por nosotros.
Recuerde lo que el pasaje nos enseña:
(v.2): Es en el taller donde se trabaja al cual Dios quiere llevarnos para hacernos ver lo que él tienen para usted y para su vida.
(v.3): ÉL está trabajando en usted.
(v.4): Somos material defectuoso y él trabaja para perfeccionaros y equiparnos para la vida.
(v.5-6): Y sobre todo, aunque sea difícil la situación o el proceso, recuerde esto: Estamos en sus manos.
Como lo dijese el canto: “Noble sostén de la esperanza mía, fuente bendita de la vida eterna, tan solo el alma que en sus fías tiene paz, tiene paz…mi sostén es Jesús nunca en la lucha desmayar podré, mi sostén es Jesús el Señor, nunca en la lucha desmayar podre”. Amén.