Escribo esto con mucho nostalgia, aquellos que crecimos en nuestra adolescencia allá por los años 80 se recordarán a un niño qu creció y llegó a la adolescencia hasta la juventud fue ahí donde termino la serie de aquel jovencito llamado “Arnold”: enamorado de su vecina, con su gran amigo Paul, y su hermano mayor con el que tenía grandes pleitos y confrontaciones y como este le trataba muy mal, lo típico de la adolescencia, para luego madurar y ver que en muy poco tiempo los años pasan y es menester tomar desiciones para la vida, al considerar esos años, quizá no fueron nuestros años tan identicos a los del jovencito de la serie pero se parecen en algunos aspectos, esos años de juegos, bromas, esos años de escuela, de lo que vivimos como subirnos a los árboles, ir a cortar mangos,mejor dicho ir a tirar piedras a los árboles, juegos con los vecinos de fútbol por la noche, esos años , haga memoria cada uno tiene su propia historia en esos años muy poco se piensa en el mañana hasta que llegamos a la juventud, hacíamos cosas que creímos que nunca nos afectarían o que tendrían algún efecto para nuestro futuro, nos equivocamos, es por ello que la escritura nos recuerda que sobre todas las cosas nos juzgará Dios (Ecle. 11:9), creo que por aquellos años muy poco pensamos en las consecuecias de nuestros actos y creemos que no importaban las desiciones o actos que tomabamos e hiciesémos, hoy en día vivimos en tiempos donde ese tipo de pensamieno está tan permeado en la vida de nuestros adolescentes y jovenes que consideran que sus actos no tendrán ninguna consecuencia, como se dijo el “no importa” pareciera que es el slogan de una juvetud (incluyendo adolescente) irreflexiva, impulsiva, libertina que solamente piensa en el hoy y muy poco en el día de mañana, piensan en pasar bien el momento, disfrutar el momento pero sin considerar lo que de esto puede resultar. No es que estemos encontra de que los jovenes disfruten la vida, no en ningún momento estamos deciendo esto, la escritura lo dice muy bien, “Alégrate y tome placer tu corazón”, es que sí los jovenes son llamados a eso, no tratemos de encajonar a nuestros jovenes, en ellos hay fuerza, vitalidad, sueños, anhelos, desesos, alegría, pero todas esas cosas deben de estar bien canalizadas y filtradas,, sobre todo guardando su corazón (Prov. 4:23), su vida, porque esta pasará muy pero muy rapido, y es también que en la alegría y el placer también hagan memoria de que se deben a Dios, es tener y tomar en cuenta a nuestro Dios en su vida, ¿usted talvez me dirá? Huy pero que aburrido o que perdida de tiempo, no, no lo es, es todo lo contrario, aquellos que crecimos pensando en Dios desde nuestra niñez, llegamos a la adolescencia y fuimos jovenes y todo en un contexto de Iglesia, nuesros mejores amigos ahí están y están bien, fue ahí donde encontré ami esposa, mis hijos mayores crecieron ahí y el último lo hace muy bien, vale la pena, todo teniendo siempre en mente a Dios y esto no quista que fuimos desobedientes o que fallamos en un momento de nuestra vida, pero siempre tuvimos en todo momento a Dios en nuestras vidas, no lo cambiaríamos por nada, no digo que todos crecimos así, pero cualquiera que sea el caso, es saber que es bueno e imprescindible pensar desde nuestro más cortos años de vida que fuimos creados para la gloria de Dios (Ef. 1:12) así que en ese sentido debemos de resguardar nuestra vida, porque todo pasa y la vida pasa tan rapido como lo dice el capítuo 12 en los versos del 2 al 8 , tan rapido que las fuerzas comienzan a desfallecer, la vista comienza a fallar, algunos comenzarán a perder sus muelas, para otros muchas cosas serán en demasía carga hasta llegar al punto de la muerte, no es que el escritor sea fatalista (aunque así lo parece) es más bien introspectivo de como vivió su vida, de qué hizo de ella, si fueron o no acertadas sus desiciones, si al final de todo valió la pena, este es el punto, por ello es que el escritor hace muy bien su exposición y lo encerramos en esas frases que tienen mucho peso: La primera, “Sabe que sobre todas estas cosas”, ¿Qué cosas?, el placer, la alegría, de las desiciones de la vida, de nuestros impulsos y deseos, de estas y otras más, le daremos cuenta al creador, recordemos que muchas por no decir que con todas ellas estamos amarrando el cómo será nuestra vida en el futuro, el no importa debería de cambiar por si importa, claro que sí, la segunda frase se encierra en “acuerdate de tu creador en los días de tu juventud”, en el tiempo de mayor madurez o en el desarrollo de esta acuerdate de Dios, en las desiciones para la vida (matrimonio, carrera, estudios, negocios, vida, etc.), acuerdate de Dios, no lo hagas a un lado, recuerda que con él las cosas serán mejor, es más la palabra nos recuerda y dice en (Jos. 1:8): “Que nunque se aparten de nuestra boca los principios y mandamientos de Dios, sino que en todo momento de nuestra vida debemos de considerarlos, para que estos sean los principios y convicciones que rigan nuestra vida, si así lo hacemos seremos prosperados y nos irá bien”. Que así sea, es tiempo de considerar muy bien lo que estamos haciendo el día de hoy y de cómo queremos que sea nuestro mañana., recuerda todo depende de nosotros y de nuestras desiciones.