Siete consejos que podemos extraer del capítulo 7 de Eclesiastés son los que el predicador hace para una vida reflexiva, fundamental y con sentido: Decimos reflexiva porque no podemos ser ligeros a la hora de actuar, fundamental por lo que se va a describir, tiene no solo un sólido fundamento porque viene de Dios y esto bastaría, sino también un aspecto lógico y racional de cómo debemos de conducirnos por la vida, y con sentido ya que no vamos por ahí en la vida haciendo, diciendo cualquier coso o tontería, sino que todo aquello que edifica y es de bien para el hombre en sí. Primero (v.1-4): En nuestra vida se dejará ver dos elementos que son aspectos que viviremos en esta ella, son parte de los ciclos de la vida expone el predicador, aspectos antitéticos que tarde que temprano vendrán a cada uno de nosotros y que nuestro caminar debe de ser pensando en que vendrán y por más que querramos evadirlos vendrán (Ecle. 3:15, 7:1-4): Nacemos y morimos, luto y alegría, tristeza y risa, y es ahí donde el escritor hace el énfasis: somos frágiles y necesitamos de la fortaleza, de la paz, del gozo que solamente nuestro Dios puede otorgar. Segundo (v.8, BLS): “Mas vale un buen final que un buen principio”: el punto es no como se inicia, ya que se puede iniciar algo con mucho dolor, trabajo, presión, lágrimas, etc. pero su final es deleitoso, y este es el llamado: “Termine lo que inicie”, no deje las cosas a medias, ponga el alma en lo que hace y hágalo con excelencia, ¡pero termínelo! Tercero (v.9): No se apresure a enojarse, tenga dominio propio, piense antes de hablar, no sea impulsivo, de cuantas cosas o problemas, mal entendidos, situaciones embarazosas nos hubiésemos evitado si tan solo hubiésemos guardado silencio y no nos hubiésemos irritado tan fácilmente, no sea “mecha corta”, mejor consiga más mecha para que se alargue y así se evite contratiempos. Cuarto (v.14): Recuerde que nuestra vida es una vida de procesos y Dios utiliza los buenos y malos momentos para moldear nuestras vidas, nuestro carácter y quizá son los momentos más difíciles que nos hacen acudir más a Dios, así que en lugar de quejarnos y preguntarnos ¿El porqué de esos días?, no sería mejor recordar los que ya pasaron y saber que si estamos de pie es porque el Señor nos permitió salir adelante, y si lo hizo ya una vez : ¡Él lo hará otra vez ¡, amén. Quinto (v.16-17): Cuidémonos de la presunción religiosa o del legalismo, seamos personas que en lugar de destruir con nuestro conocimiento, “sabiduría”, espiritualidad, etc., etc. Etc., seamos personas que edifican actuando en construir, preservar, restaurar, servir en humildad y amor a los que están a nuestro alrededor, así como lo hizo nuestro Señor. Sexto (v.18b): Recuerde que el hombre que teme a Dios, saldrá bien en todo, esto no excluye o significa que no tendremos enfermedades o situaciones que traten de desestabilizarnos o desanimarnos, no quiere decir eso, no significa “ausencia de”, sino que a pesar de todo lo que pueda venir en nuestra vida, somos y seremos siempre más que vencedores, por otro lado la fuerza del verso hace ver que para los que honran , obedezcan , respeten, tomen en cuenta a Dios en sus vida en todo, todo les saldrá bien, Dios ya lo dijo en el (1er. Sam. 2:30):”Yo honraré a los que me honran”, así que este es buen elemento para que la cosas en nuestra vida vayan con el sentido correcto y en buena lid para beneficio nuestro y de los que nos rodean. Séptimo (v.21): Tenga cuidado con la crítica, sepa manejarla, cualquiera que sea esta, tenga la madurez para escuchar, hablar sin tratar de excusarse o justificarse, recuerde esto Dios conoce las intenciones del corazón de cada uno y él sabe con qué intenciones se hace (Jer. 17: 9), por otro lado recuerde no nos toca pelear a nosotros, es Dios quién peleará nuestras batallas y levantará nuestra cabeza(Sal. 3) eso sí, seamos íntegros, rectos y puros delante de Dios, como lo dijimos el defenderá su causa y la mía y por último (v.29): Dios formó al hombre recto fue el hombre el que echó a perder su vida con sus actos y desobediencias, al no tomar en cuenta los mandamientos y preceptos de Dios para su vida, por ello si esta no está en la mejores condiciones es el resultado de nuestra desobediencia, terquedad, dureza del corazón lo que nos toca es hallarle el sentido correcto a la vida y esta solo se logra teniendo y caminando cerca de Dios en una estrecha e íntima comunión con él (Sal. 25:14). Si no fuese así el predicador lo dijo ya: Sin Dios todo es vanidad: “Recuerda esto nuestra vida en esta tierra es una prueba: Términos como tribulaciones, tentaciones , refinaciones y purificaciones se repiten más de doscientas veces en la Biblia, el carácter de una persona se desarrolla y manifiesta por medio de las pruebas; la vida en sí todo es una prueba , por otro lado la vida es un fideicomiso: Nuestro tiempo, ímpetu, inteligencia, oportunidades, relaciones y recursos son todos dones que Dios nos ha confiado para cuidar y administrar, somos mayordomos de todo lo que él nos da. Cuánto Dios más te da, más responsable espera que seas” (UVCP).