31 Jan
Un clamor desde la desesperanza

Esa era la invitación de Dios para con su pueblo, para con su profeta de levantar un clamor por ellos. En su desesperanza, en su tribulación, en su dolor y tristeza, cualquiera que sea su situación, en la situación en la que se encontraba el pueblo, El Señor Dios, el Dios de toda la tierra, el Dios de todo poder, el que la sostiene y sin duda alguna sostiene también nuestra vida, el Dios de los imposibles invitaba a su profeta, a levantar un clamor a favor de ellos, aún y cuando el mismo profeta estuviese no en las mejores condiciones para su vida en ese momento (v.1-2), él estaba en la cárcel, si él estaba en la cárcel, el pueblo se encaminaba a su cautiverio, pero en medio de esas condiciones desesperanzadoras, hay una luz, hay una respuesta, existe una salida: Dios. Ya que la palabra de Dios no está sujeta  a los tiempos, ni condiciones que como humanos a usted y a mí nos afectan y nos hacen perder todo esperanza, ella no está “encarcelada”.


La palabra de Dios es viva y es eficaz para cualquier momento (Heb. 4:12), en cualquier circunstancia. Y es esta palabra ,una palabra de esperanza, de consuelo, de paz y reposo para un pueblo que sin duda alguna lo necesitaba, que sin duda alguna muchos el día de hoy lo necesitan. Es una palabra que cambiará nuestro estado, nuestra perspectiva de ver las cosas que vienen a nuestra vida. Es una respuesta para los imposibles, para lo impensable, para lo que creemos que ya todo está terminado, esta es la palabra de Dios para usted y para mí: “llámenme y les responderé”. Tenga por seguridad que si le busca lo encontrará, él siempre estará para los que le anhelan desesperadamente.


Uno de estos días alguien se quejaba con Dios, bueno si lo podemos de decir de alguna manera, él expresaba: “No creo que Dios exista y si existe es injusto ya que miren a mi esposa como está. Ella le buscó, le sirvió y su estado no es el mejor, está sufriendo y padece mucho dolor, ya no se levanta, etc.” . Pareciera que esta es la realidad de muchos el día de hoy por las situaciones por la que se está pasando, pero viene a mi mente algunas reflexiones sobre esto: ¿En sus mejores  y prósperos días, cuando  buscaron ellos a Dios? ¿Cuándo todo caminaba y salía cómo nosotros queríamos y deseábamos y quizá aún mas de nuestras propias expectativas, será que fuimos agradecidos con Dios, reconociendo su fidelidad y su amor para con nosotros? Y pudiésemos seguir reflexionando sobre esto, pero el punto es: ¿Por qué que ahora las cosas no están tan bien, no salen ni van como nosotros quisiéramos, entonces ahora pareciera que el culpable es Dios, el injusto es Dios y todo redunda en que el que se olvido de nosotros es Dios?


En los capítulos anteriores, el Señor le hace ver a su profeta que esa misma actitud fue la del pueblo de Israel: (32:33-34): Ellos le dieron la espalda al Señor, cerraron su corazón para no escuchar ni atener corrección, antes antepusieron sus deleites, placeres olvidándose de Dios, no siendo él el primero en sus vidas, ni honrándole, ni adorándole, muchos menos obedeciéndoles…por ello lo que vivían era retribución de su corazón. Pero en la misericordia de Dios esto no terminaría así. (32:37-40), pero vienen días donde los restauraré y hare volver…(esto se llama restitución) y les daré un corazón, un camino, les bendeciré para que tengan bien ellos y sus hijos y haré con ellos pacto eterno y cumpliré todo lo que he dicho con respecto a ellos…ellos me serán por pueblo y yo seré su Dios. Amén.


Esto es lo que Dios siempre ha anhelado desde el principio para sus escogidos, para su pueblo. Por ello lo que ahora es desesperanzador , se vuelve en una oportunidad de vida, en una oportunidad de esperanza y todo está en levantar un clamor a él, al que todo lo puede. Recuerde para él no hay nada imposible, él tendrá siempre una respuesta a nuestro clamor , a nuestra oración. En ella él nos hará ver cosas impensables, inaccesibles, impenetrables que solamente con su intervención se podrá alcanzar y ver, por ello la expresión cosas “Grandes”, él es grande y así como él las cosas serán las que podremos ver en nuestra vida. “Cosas grandes y Ocultas”, o sea, aquellas cosas escondidas que en su presciencia (conocimiento anticipado), propósito y voluntad son las que él nos mostrará a nuestro clamor.


En la respuesta a nuestra necesidad, a nuestra petición él hará traer para nosotros, sanidad, medicina, paz , verdad, libertad, limpieza y purificación, perdón, gozo, alegría, bendición, salvación (33:6-11) y mucho, mucho más y todo por que él es bueno, por que para siempre es su misericordia, él lo ha dicho, él lo cumplirá. Gracias Dios.


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