“Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que dure mi espiritu dentro de mi, madrugaré a buscarte”. Que hermosa poesia de parte del profeta para con su Dios, esta debería de ser una de los más grandes anhelos de cada corazón, del corazón de aquellos que saben reconocer el poder, la gloria, la majestad, el amor , la bondad, la misericordia de aquel que ha hecho tantas y grandes cosas por él, por los suyos, se trata de buscar de aquel que ha hecho maravillas en su pueblo, de aquel que ha perdonado y salvado nuestra alma, de aquel que nos ha dado el verdadero sentido de vivir la vida a pesar de las circusntancias y que en muchas ocasiones son muy duras y dificiles en algunos casos, es ese Dios Añadir mensaje nuevoal que nuestra alma debe de anhelar, ese Dios que es digno de que usted y yo le busquemos de madrugada , de mañana, y al llegar la noche le busquemos insesantemente. Es en su presencia donde vemos su gracia, su gloria actuar sobre nuestras vidas, donde conocemos día a día su amor, es en su presencia donde vivimos confiados y seguros. Es en su presencia donde encontraremos las respuestas a nuestras interrogantes, aun aqulellas a las cuales muchas veces no encontramos salida, es en su presencia donde nos llenamos, nos refugiamos, es en su presencia donde dia a dia concemos, experimentamos su amor, es en su presencia donde podemos desnudar nuestro corazón y hacerle ver al Padre al Abba de nuestra vida, al pastor de nuestra alma cómo en realidad nos sentimos y cómo van las cosas, es él en quién podemos confiar. En uno de los momentos en la vida de un hombre justo, recto y cómo bien dice el Señor, sí es el Señor quién hace esta referencia acerca de su hijo: “No has considerado a mi siervo Job que no hay otro como él en la tierra” (Job. 1:8), su siervo; este era conocido en las esferas celestiales, pero que no paso desapercibido en la esfera terrenal, y es en esta donde su vida sería pulida al extremis, es en ese proceso donde este hombre habló y expresó en lo más duro de la prueba: (Job. 7:3-4,NVI): “ meses enteros he vivido en vano; ¡me han tocado noches de miseria! : Me acuesto y pienso: ¿Cuánto falta para que amanezca? La noche se me hace interminable; me doy vueltas en la cama hasta el amanecer”. ¿En cuántas ocasiones nos ha pasado lo mismo que a este hombre? son esas noches interminables, deseando que amanezca y ver la luz de un nuevo día, pero llega el día y una vez más vamos a la noche, esas noches que deseáramos que no lleguen pero llegan, esas noches de miseria y dolor, esas noches de tristeza y llanto , que si las almohadas hablarán que contarían de nuestras vidas, cómo y con quién desahogarnos si no queremos afectar a los nuestros, pareciera que estamos sin salida y solos, muy pero muy solos. Pero hay una luz, una luz llamada Jesús, a él podemos acudir en esas noches, y en lugar de tristeza, temor, ansiedad, cuando le buscamos de todo corazón, cuando buscamos de su presencia y su presencia se hace real en nuestras vidas en esas noches nuestra atmosfera pasará de ser una noche de miseria en una noche de adoración, de reconocimiento, de humillación, de fe, de confianza, solamente cuando les buscamos, solamente cuando estamos delante de su presencia. Es un su presencia donde todo cambia y todo vuelve a tener sentido. No es casualidad que en este mismo capítulo de Isaías 26 específicamente en los versos 3 y 4 nos hable de tener y encontrar paz, nos habla de encontrar confianza , si confianza de la que en nuestras noches es ausente, pero que al estar delante de su presencia podemos obtenerla, Dios es totalmente confiable, por ello el llamado en este día es a buscarle, antes que a cualquier otro o buscar soluciones o alternativas que en lugar de ayudarnos nos puedan afectar más, busquémosle a él, busquemos su presencia y veremos por la mañana su misericordia (Lamentaciones 3:22-24): Sus misericordias son incontables, sus misericordias son nuevas cada mañana y él es todo lo que necesitamos en nuestra vida. Al llegar la noche proclamamos su fidelidad, su amor su protección en nuestras vidas (Sal. 3:5, 4:8): Vamos a la cama porque él es el que nos sustenta y vamos a la cama en paz y confiados. Todo cambia en su presencia, por ello si algo puedo motivarlo es ir y buscarle a él, llegarnos a él con todo nuestro corazón, y cuando lleguen esas noches que parecen interminables vayamos a su presencia y veremos su amor actuando en nuestras vidas y trayendo su calma, su paz, su amor para cada uno de nosotros, búsquemosle incansablemente, busquémosle en nuestro dolor y tristeza, él está esperando por usted. Recuerde todo cambia en su presencia.