09 Dec
Las paradojas de la vida.

Entiéndase por paradoja como una contradicción,  contrasentido, incoherente, ilógico. Y esto es lo que vemos expresado en estos versos por el profeta (v.1-2). En primer lugar él se pregunta: ¿ por qué son prosperados los impíos?,¿ por qué son prosperados aquellos que viven deslealmente ante Dios y les va muy bien?, ¿Cómo es que los que no tienen temor de Dios les sale bien todas las cosas?, ¿Cómo es que aquellos que son solo palabras y nada de hechos les va muy bien en esta vida? Viven mejor que nosotros, tienen mejores trabajos , casas, vehículos, etc. ¿Por qué? Y no solo se trataba de una mera expresión o queja de parte del profeta Jeremías y es que lo más triste o duro para él es que se trataba de los suyos, de los de su tierra, y esto son los que estaban conspirando contra él al punto de quererlo matar.


Y es aquí en este punto donde se vuelve más fuerte la contradicción, porque siendo profeta de Dios ¿por qué estaba pasando todo esto en su vida? No solo se trató de él, fue en muchas ocasiones las mismas quejas de otros hombres de Dios en sus momentos duros de su caminar en esta vida: Como Asaf (Sal. 73), Habacuc (Hab. 1), el mismo David (Sal. 3:1-2), son esos momentos de duda e incertidumbre que vienen en nuestra vida como en el caso de Juan el Bautista que estando en la cárcel antes de ser decapitado preguntó si realmente Jesús sería el Cristo (Mt. 11:3), que decir de aquellos dos que por predicar el evangelio fueron azotados y luego llevados a la cárcel más profunda en la ciudad de Filipos encadenados sus cuerpos a un cepo: Hablamos de Pablo y Silas (Hec. 16:22-24), hablamos de un Pablo que sus últimos días de su vida y ministerio después de haber llevado el evangelio casi a todo el mundo conocido, estableciendo iglesias, sanando y ayudando a muchos terminó solo y abandonado en una cárcel lugrube y triste en Roma (2ª. Tim. 4;16-17).


Estas tremendas contradicciones se viven y se dan en nuestro peregrinaje en el presente hoy, y en muchas ocasiones así como estos grandes héroes de la fe hoy para nosotros, ellos también en su momento, en el momento de pasar y estar en esa situación como hombres no fue nada fácil, y por más preguntas o causas que se presentasen delante del Señor en muchas de ellas no hubo respuestas como talvez en nuestra humanidad hubiésemos esperado, en muchas de ellas no hubo un final feliz como de esas películas de Hollywood que al final “el bueno” siempre sale victorioso. Estas y otras paradojas se dejarán ver en nuestras vidas el día de hoy, y así como a estos hombres en su situación muy particular, Dios tendría una respuesta para cada uno de ellos. Como en este caso fue la respuesta a la queja del profeta Jeremias. La respuesta de Dios fue (v.5): “Si con los de a pie te cansaste, ¿Cómo correrás o contenderás con los de acaballo? Y si en la tierra de paz no estabas seguro, ¿Cómo harás en la espesura del Jordán?”.


Lo que el Señor le respondió a Jeremías era que sí las cosas estaban difíciles, que se preparará por que se habían de poner peor, que si él creía que estaba seguro en su tierra a pesar de que los de su misma tierra lo querían matar que se preparará en la espesura de la controversia. No sé a usted pero yo no esperaría una respuesta de parte de Dios como esta. Pero si vemos muy detenidamente el verso, hay dos elementos que me llaman poderosamente la atención y es que el Señor le dice a Jeremías “correrás” y “harás”, no lo está descartando o desmotivando, no,  es todo lo contrario es que su respuesta es más diciéndole a  Jeremías no te desalientes sigue caminando hasta correr aún al ritmo de aquellos que se ven más furtes y si creistes estar seguro en tu tierra , prepárate por lo que harás en la tierra de la espesura. Habla no de la capacidad del profeta , o de sus astucia para salir adelante, sino todo lo contrario, habla del respaldo de aquel que le conoce, del que lo ve y del que lo ha probado (v.2), porque lo conoce es que él profeta está ahí, porque lo ve , es que sabe que puede dar más, y por qué lo está probando es que sabe que saldrá victorioso y aprobado en su proceso.


Más que una controversia o paradoja, esto se vuelve en una convicción y propósito de vida. Convicción sabiendo que en Cristo somos más que vencedores y que nada nos podrá separar del amor de Dios y propósito porque sé que a los que amamos a Dios , todas las cosas ayudan para bien (Rom. 8).





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