04 Jul
Quizás hoy

Me encanta la alabanza de este cantautor portorriqueño Ricardo Rodríguez, en ella describe en sus palabras la historia de aquel hijo que desperdició su vida y todas sus posesiones en los placeres que ofrece este mundo al punto de caer en su estado más bajo y decadente, de ahí la expresión que su padre decía esperando su regreso: “Quizás hoy será el día que regrese, quizás hoy podré su rostro acariciar y decirle que le amo como siempre…”, se me ruboriza la piel al solo exclamar estas grandes verdades de esta alabanza, al pensar que esto es lo que Dios ha hecho con cada uno de nosotros al estar viviendo desmesuradamente nuestras vidas, yendo de aquí para allá y sin ningún sentido y propósito. Pues esto es lo que exclama el profeta en  este pasaje del capítulo 17, hay dos punto extremos y están en el verso 7 y 10, en el 10 el profeta le hace ver a su pueblo como ellos confiaron más en los hombres y sus dioses para poder salir adelante en sus vidas y les hace ver que en su desobediencia y necedad se olvidaron de Dios, de su Dios, del Dios de su salvación, de aquel que les podía protegerlos del que podía darles  refugio. Hoy por hoy pareciera que el hombre en su necedad o terquedad u orgullo o soberbia cree poder salir adelante ante las exigencias que el mundo de hoy da sin la ayuda de Dios,  es el  peor error o mentira que Satanás ha implantado en el corazón del hombre en estos días, estamos en el era de la autosuficiencia, donde el hombre cree que es capaz de todo por los grandes avances que se ha tenido, por lo que ha logrado y lo que se proyecta para su futuro, el mundo, el hombre se ha olvidado de Dios creyendo que en ello u otras demás cosas está su salvación, está su confianza, está su fe, su futuro. Así como ello, así le pasó al pueblo de Israel busco refugio donde no lo había, busco esperanza donde no existía, busco apoyo donde este es inconstante e inseguro, es más  agrega el pasaje, ellos prácticamente honraban (por no decir adoraban, esto es idolatría) a sus apoyos, llamados (v.8): Asera (diosa de la fertilidad) e imágenes del sol (cualquier cosa en las que ellos podían adorar y confiar). Quizá hoy no tengamos imágenes a las que nos postramos, pero si existen otras cosas que ocupan el lugar de Dios, todo lo que ocupa su lugar es idolatría, llámese trabajo, estudios, profesiones, riquezas, títulos, etc. Todo ello es idolatría si ocupa el primer lugar en nuestras vidas y si en ellas tenemos o ponemos nuestra confianza. En esa condición estaba el pueblo de Israel, de ahí el otro extremo al que queremos referirnos y está en el verso 7: “En aquel día mirará el hombre a su hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel”. Llegará ese día donde Israel tendría que reconocer que ellos no eran nada sin Dios, que Asiria en quienes ellos se apoyaban no eran nada sin la intervención de Dios, esto es lo mismo para nuestras vidas, nuestros apoyos no son apoyos si no están respaldados por Dios. Llegará ese día donde lo tendremos que reconocer, para Israel su reconocimiento vendría en humillación y pérdida de muchas cosas tales como: su tierra, sus ciudades, sus familias al punto de ser destruidos y desterrados literalmente es en ese punto donde ellos tendrán que volver su mirada a su hacedor y sus ojos contemplarán al Dios al que ellos le habían dado su espalda. Llegará ese día y lo mejor para nosotros es que ese día llegue lo más pronto posible y sería mejor que llegase sin ser humillados en extremo, porque esperar a tocar fondo para poder acercarnos a Dios cuando pudiese ser diferente  no hay que ser masoquistas para ello , ¿No cree usted que sería lo mejor? Pero conociendo el corazón del ser humano y lo ciego que estamos me temo que no será así, pero lo que sí creo que es cuando llegue ese día reconoceremos que no estábamos equivocados, el profeta de Dios no estaba equivocado, Dios no estaba equivocado ¿entonces quién? La respuesta es obvia, aquellos que nos hemos olvidado de Dios creyendo que sin él podemos salir adelante, que gran mentira. Y si al final tendremos que pasar por esos procesos de la vida que como el hijo pródigo (pródigo significa despilfarrador) que en su vida desordenada cayó  tocó fondo dice la escritura que en esa condición “volvió en sí…me levantaré e iré a mi padre” (Lc. 15:17-18), esta es la expresión que iguala la frase de Isaías “En aquel día mirará el hombre a su hacedor”, es necesario en muchas ocasiones tocar fondo ya que no entenderemos de otra manera, pero cuando llegue recuerde hay un Padre, hay un Dios que le espera, que nos espera con sus brazos abiertos para darnos una nueva oportunidad de vida, una nueva oportunidad de rehacer lo que hemos echado a perder con nuestras malas decisiones y con nuestro estilo de vida desordenado creyendo que en nuestra soberbia y orgullo poder salir adelante. Quizás hoy será este día, hoy puede ser este día para usted y para mí donde corramos al Dios de nuestra salvación, al Dios en donde podemos refugiarnos, corramos hacia él, que él nos espera con sus brazos de amor y de misericordia. Quizás hoy.


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